Declaración de fe

De las Asambleas de Dios de Chile:

1. LA BIBLIA ES INSPIRADA

Las escrituras de toda la Biblia son verbalmente inspiradas por Dios. No solamente las ideas fueron inspiradas; aun las palabras usadas fueron inspiradas, pues los escritores originales fueron movidos por Dios a escribir lo que Él quería que ellos digieran. Por tanto, creemos que: (1) las escrituras son la revelación que Dios ha dado de sí mismo a la humanidad, (2) son infalibles (nunca se equivocan), y (3) son la guía divinamente autorizada de nuestra fe, creencia, y manera de vivir (2 Timoteo 3:15-17; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Pedro 1:21).

2. EL ÚNICO DIOS VERDADERO

Hay un único Dios verdadero. Se ha revelado como el que siempre ha existido sin agente o causa externa que lo formara (Isaías 43:10). Él es el Creador del Cielo y de la Tierra (Génesis 1:1) y el Único que redime, salva, o rescata a la humanidad del pecado y de sus dolorosas consecuencias (Isaías 43:11). Dios se ha revelado también como un solo Ser (Deuteronomio 6:4) que consiste en tres personas interrelacionadas. El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo (Mateo 28:19, Lucas 3:22). Este concepto de un solo Dios o Ser en tres personas se expresa con la palabra Trinidad.

3. EL SEÑOR JESUCRISTO ES PLENAMENTE DIOS

El Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, siempre ha existido. El tampoco tiene principio ni fin (Apocalipsis 1:8). Para completar su misión de sacrificio terrenal, se hizo hombre al nacer de una virgen, concebido por el Espíritu Santo (Mateo 1:23; Lucas 1:31, 35).

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

4. LA CAÍDA DEL HOMBRE

La humanidad fue creada buena y recta; pues Dios dijo: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza”. Sin embargo, la humanidad, por voluntar propia, no hizo caso a las instrucciones de Dios… y decidió hacer lo que sabia que era malo y equivocado. En consecuencia, la humanidad cayó de la inocencia y la bondad, e incurrió asi, no solo en la muerte física, sino también en la espiritual, la cual es la separación de Dios (Génesis 1:26-27, 2:17; Romanos 5:12-19).

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

5. LA SALVACIÓN DEL HOMBRE (*una de las cuatro doctrinas cardinales).

La salvación es la liberación de la muerte espiritual y de la esclavitud del pecado. Dios da Salvación a todo el que cree en Él y acepta su oferta gratuita de perdón. La única esperanza de redención de la humanidad del estado caído de pecado es mediante la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios – sangre que fue derramada al morir Jesús en la Cruz. (El relato de la crucifixión es hecho por cuatro de sus contemporáneos: Mateo (Capitulo 27), Marcos (Capitulo 15), Lucas (Capitulo 23), y Juan (Capitulo 19)). La experiencia de Salvación, una persona recibe salvación cuando (1) se arrepiente ante Dios de sus pecados y de su naturaleza e inclinaciones pecaminosas, y (2) cree o tiene fe en hecho de que la muerte y la resurrección (restauración sobrenatural a la vida) de Jesús le borran los pecados y le da perdón. Al poner la fe en el amor y la salvación gratuita de Dios, uno experimenta el lavado de la regeneración (o nuevo nacimiento espiritual), la obra renovadora del Espíritu Santo, y es declarado Justo (recto delante de Dios). Regeneración, renovación y justificación (justificados o hechos rectos delante de Dios) son palabras que describen lo que ocurre en la salvación. En el momento de la Salvación, una persona se hace heredero de la esperanza de esta vida eterna prometida por Dios (Lucas 24:27; Juan 3:3; Romanos 10:13-15; Efesios 2:8; Tito 2:11, 3:5-7).

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

6. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA

Algunas iglesias usan el término sacramentos en vez de ordenanzas. Sin embargo, para algunas personas, sacramentos transmite la idea de que se produce una obra espiritual en el individuo cuando se recibe o se experimenta el sacramento.

Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

7. EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO (*una de las cuatro doctrinas cardinales).

Todos los creyentes pueden recibir el bautismo en el Espíritu Santo y, por tanto, deben esperar y buscar ardientemente la promesa del Padre, según el mandato de nuestro Señor Jesucristo. (Algunas referencias en la Biblia hablan del “Espíritu Santo y fuego”. El fuego, imagen comúnmente asociada con el Espíritu Santo, sugiere la acción limpiadora y purificadora, y el celo del Espíritu Santo que continúa la obra del crecimiento espiritual comenzada en la salvación). El bautismo en el Espíritu Santo era la experiencia normal de todos los cristianos de la iglesia cristiana primitiva.

Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

8. LA EVIDENCIA FÍSICA INICIAL DEL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO

El bautismo de los cristianos en el Espíritu Santo está acompañado de la evidencia física inicial de hablar en otras lenguas (lenguas no aprendidas) según el Espíritu les concede expresarse (Hechos 2:4).

Esta forma de hablar en lenguas es básicamente la misma que el don de lenguas (1Corintios 12:4-10, 28). La diferencia está en el propósito y el uso. (La manifestación de las lenguas puede ser observada en la vida personal de oración de todo creyente lleno del Espíritu. Sin embargo, el don de lenguas (a veces llamado “mensaje en lenguas”) opera públicamente, por lo general en ambientes de adoración congregacional. Este don es seguido por el don de interpretación de lenguas. Ambos son dados a individuos dentro de la iglesia. Su propósito es el beneficio espiritual del individuo y de la congregación).
Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

9. LA SANTIFICACIÓN

La santificación es el acto de separarnos del mal e identificarnos con las cosas buenas, rectas, y moralmente puras. Es un proceso que sucede cuando los cristianos se entregan a Dios (Romanos 12:1, 2; 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 13:12).

Esta forma de hablar en lenguas es básicamente la misma que el don de lenguas (1Corintios 12:4-10, 28). La diferencia está en el propósito y el uso. (La manifestación de las lenguas puede ser observada en la vida personal de oración de todo creyente lleno del Espíritu. Sin embargo, el don de lenguas (a veces llamado “mensaje en lenguas”) opera públicamente, por lo general en ambientes de adoración congregacional. Este don es seguido por el don de interpretación de lenguas. Ambos son dados a individuos dentro de la iglesia. Su propósito es el beneficio espiritual del individuo y de la congregación).
Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

10. LA IGLESIA Y SU MISIÓN

La iglesia, es descrita en la Biblia, consiste en todas las personas que han puesto su fe en Jesucristo como único remedio para sus pecados. La Iglesia incluye a todos los cristianos sin límites de edad, raza, sexo, o denominación. Es el cuerpo de Cristo, la morada de Dios por medio del Espíritu Santo. Cristo es la cabeza de la Iglesia. Ha dado toda provisión para el cumplimiento de la gran comisión de la “Iglesia” (Mateo 28:19; Marcos 16:15). Cada cristiano es parte integral de esa Iglesia. Los nombres de todos los

verdaderos creyentes están inscritos en el cielo (Efesios 1:22, 23, 2:2; Hebreos 12:23).
El propósito de Dios con relación a la humanidad es (1) buscar y salvar a los que están perdidos en el pecado (Lucas 19:10), (2) ser adorado por toda la humanidad (Apocalipsis 19:10, 22:9), y (3) identificar un cuerpo unificado de creyentes maduros en la Fe y en el conocimiento semejante a su hijo Jesús (Efesios 4:12).

Esta forma de hablar en lenguas es básicamente la misma que el don de lenguas (1Corintios 12:4-10, 28). La diferencia está en el propósito y el uso. (La manifestación de las lenguas puede ser observada en la vida personal de oración de todo creyente lleno del Espíritu. Sin embargo, el don de lenguas (a veces llamado “mensaje en lenguas”) opera públicamente, por lo general en ambientes de adoración congregacional. Este don es seguido por el don de interpretación de lenguas. Ambos son dados a individuos dentro de la iglesia. Su propósito es el beneficio espiritual del individuo y de la congregación).
Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

11. EL MINISTERIO

La participación en el ministerio en respuesta a un llamado divino es un mandato bíblico. Así lo ha dispuesto nuestro Señor con el triple propósito de dirigir a la iglesia en: (1) la evangelización del mundo (Marcos 16:15-20), (2) La Adoración a Dios (Juan 4:23, 24), y (3) La edificación del cuerpo de Cristianos para que lleven una vida como la de Cristo (Efesios 4:11, 16).

verdaderos creyentes están inscritos en el cielo (Efesios 1:22, 23, 2:2; Hebreos 12:23).
El propósito de Dios con relación a la humanidad es (1) buscar y salvar a los que están perdidos en el pecado (Lucas 19:10), (2) ser adorado por toda la humanidad (Apocalipsis 19:10, 22:9), y (3) identificar un cuerpo unificado de creyentes maduros en la Fe y en el conocimiento semejante a su hijo Jesús (Efesios 4:12).

Esta forma de hablar en lenguas es básicamente la misma que el don de lenguas (1Corintios 12:4-10, 28). La diferencia está en el propósito y el uso. (La manifestación de las lenguas puede ser observada en la vida personal de oración de todo creyente lleno del Espíritu. Sin embargo, el don de lenguas (a veces llamado “mensaje en lenguas”) opera públicamente, por lo general en ambientes de adoración congregacional. Este don es seguido por el don de interpretación de lenguas. Ambos son dados a individuos dentro de la iglesia. Su propósito es el beneficio espiritual del individuo y de la congregación).
Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

12. SANIDAD DIVINA (*una de las cuatro doctrinas cardinales)

La sanidad divina es una parte integrante del evangelio. La liberación de la enfermedad fue provista en la expansión (el sufrimiento y la muerte para que fuésemos reconciliados). La sanidad es un privilegio de todos los creyentes (Isaías 53:4,5; Mateo 8:16, 17; Santiago 5:14-16).

verdaderos creyentes están inscritos en el cielo (Efesios 1:22, 23, 2:2; Hebreos 12:23).
El propósito de Dios con relación a la humanidad es (1) buscar y salvar a los que están perdidos en el pecado (Lucas 19:10), (2) ser adorado por toda la humanidad (Apocalipsis 19:10, 22:9), y (3) identificar un cuerpo unificado de creyentes maduros en la Fe y en el conocimiento semejante a su hijo Jesús (Efesios 4:12).

Esta forma de hablar en lenguas es básicamente la misma que el don de lenguas (1Corintios 12:4-10, 28). La diferencia está en el propósito y el uso. (La manifestación de las lenguas puede ser observada en la vida personal de oración de todo creyente lleno del Espíritu. Sin embargo, el don de lenguas (a veces llamado “mensaje en lenguas”) opera públicamente, por lo general en ambientes de adoración congregacional. Este don es seguido por el don de interpretación de lenguas. Ambos son dados a individuos dentro de la iglesia. Su propósito es el beneficio espiritual del individuo y de la congregación).
Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

13. LA ESPERANZA BIENAVENTURADA (* una de las cuatro doctrinas cardinales).

Todos los cristianos que han fallecido un día se levantarán de sus tumbas y se reunirán con el Señor en el aire. Los cristianos que no hayan muerto serán arrebatados junto con aquellos para estar con el Señor. Entonces los cristianos de todas las edades vivirán para siempre con el Señor. La verdad bíblica del inminente regreso del Señor es “la esperanza bienaventurada” (Romanos 8:23; 1 Corintios 15:51, 52; 1 Tesalonicenses 4:16, 17; Tito 2:13).

verdaderos creyentes están inscritos en el cielo (Efesios 1:22, 23, 2:2; Hebreos 12:23).
El propósito de Dios con relación a la humanidad es (1) buscar y salvar a los que están perdidos en el pecado (Lucas 19:10), (2) ser adorado por toda la humanidad (Apocalipsis 19:10, 22:9), y (3) identificar un cuerpo unificado de creyentes maduros en la Fe y en el conocimiento semejante a su hijo Jesús (Efesios 4:12).

Esta forma de hablar en lenguas es básicamente la misma que el don de lenguas (1Corintios 12:4-10, 28). La diferencia está en el propósito y el uso. (La manifestación de las lenguas puede ser observada en la vida personal de oración de todo creyente lleno del Espíritu. Sin embargo, el don de lenguas (a veces llamado “mensaje en lenguas”) opera públicamente, por lo general en ambientes de adoración congregacional. Este don es seguido por el don de interpretación de lenguas. Ambos son dados a individuos dentro de la iglesia. Su propósito es el beneficio espiritual del individuo y de la congregación).
Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

14. EL REINO MILENARIO DE CRISTO

La Segunda Venida de Cristo incluye el rapto de todos los cristianos lo cual es nuestra esperanza bienaventurada, y el regreso visible de Cristo con sus santos para reinar en la tierra durante mil años (Zacarías 14:5; Mateo 24:27, 30; Apocalipsis 1:7, 19:11-14, 20:1-6). Este reino milenario (mil años) traerá la salvación de Israel como nación (Ezequiel 37:21, 22; Sofonías 3:19, 20; Romanos 11:26, 27) y el establecimiento de la Paz universal (Salmos 72:3-8; Isaías 11:6-9; Miqueas 4:3, 4).

verdaderos creyentes están inscritos en el cielo (Efesios 1:22, 23, 2:2; Hebreos 12:23).
El propósito de Dios con relación a la humanidad es (1) buscar y salvar a los que están perdidos en el pecado (Lucas 19:10), (2) ser adorado por toda la humanidad (Apocalipsis 19:10, 22:9), y (3) identificar un cuerpo unificado de creyentes maduros en la Fe y en el conocimiento semejante a su hijo Jesús (Efesios 4:12).

Esta forma de hablar en lenguas es básicamente la misma que el don de lenguas (1Corintios 12:4-10, 28). La diferencia está en el propósito y el uso. (La manifestación de las lenguas puede ser observada en la vida personal de oración de todo creyente lleno del Espíritu. Sin embargo, el don de lenguas (a veces llamado “mensaje en lenguas”) opera públicamente, por lo general en ambientes de adoración congregacional. Este don es seguido por el don de interpretación de lenguas. Ambos son dados a individuos dentro de la iglesia. Su propósito es el beneficio espiritual del individuo y de la congregación).
Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

15. JUICIO FINAL

Habrá un juicio final en el cual los que murieron en pecado-los que han muerto sin aceptar la salvación de Cristo-serán resucitados y juzgados según la forma en que vivieron. Todo aquel cuyo nombre no se encuentre en el libro de la vida (el registro escrito de las personas que recibieron el perdón de Cristo), junto con el diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta, serán condenados a recibir un castigo eterno en el lago que arde con fuego y azufre, lo cual constituye la segunda muerte (Mateo 25:46; Marcos 9:43-48; Apocalipsis 19:20, 20:11-15, 21:8).

verdaderos creyentes están inscritos en el cielo (Efesios 1:22, 23, 2:2; Hebreos 12:23).
El propósito de Dios con relación a la humanidad es (1) buscar y salvar a los que están perdidos en el pecado (Lucas 19:10), (2) ser adorado por toda la humanidad (Apocalipsis 19:10, 22:9), y (3) identificar un cuerpo unificado de creyentes maduros en la Fe y en el conocimiento semejante a su hijo Jesús (Efesios 4:12).

Esta forma de hablar en lenguas es básicamente la misma que el don de lenguas (1Corintios 12:4-10, 28). La diferencia está en el propósito y el uso. (La manifestación de las lenguas puede ser observada en la vida personal de oración de todo creyente lleno del Espíritu. Sin embargo, el don de lenguas (a veces llamado “mensaje en lenguas”) opera públicamente, por lo general en ambientes de adoración congregacional. Este don es seguido por el don de interpretación de lenguas. Ambos son dados a individuos dentro de la iglesia. Su propósito es el beneficio espiritual del individuo y de la congregación).
Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

16. CIELOS NUEVOS Y TIERRA NUEVA

“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:22).

verdaderos creyentes están inscritos en el cielo (Efesios 1:22, 23, 2:2; Hebreos 12:23).
El propósito de Dios con relación a la humanidad es (1) buscar y salvar a los que están perdidos en el pecado (Lucas 19:10), (2) ser adorado por toda la humanidad (Apocalipsis 19:10, 22:9), y (3) identificar un cuerpo unificado de creyentes maduros en la Fe y en el conocimiento semejante a su hijo Jesús (Efesios 4:12).

Esta forma de hablar en lenguas es básicamente la misma que el don de lenguas (1Corintios 12:4-10, 28). La diferencia está en el propósito y el uso. (La manifestación de las lenguas puede ser observada en la vida personal de oración de todo creyente lleno del Espíritu. Sin embargo, el don de lenguas (a veces llamado “mensaje en lenguas”) opera públicamente, por lo general en ambientes de adoración congregacional. Este don es seguido por el don de interpretación de lenguas. Ambos son dados a individuos dentro de la iglesia. Su propósito es el beneficio espiritual del individuo y de la congregación).
Las Asambleas de Dios deciden llamar bautismo y la Santa Cena ordenanzas, por son prácticas religiosas ordenadas o establecidas por Jesús mismo. Al cumplir estos deberes espirituales, se recuerda a los cristianos una obra importante que ya tuvo lugar en el corazón del creyente.

Vivió una vida perfecta, absolutamente sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22). Mientras estuvo en la tierra obro muchos milagros por medio de la unción del Espíritu Santo (Hechos 2:22, 10:38). Para restaurar a la humanidad caída, murió en la Cruz como sustitutos por los pecados de cada persona (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21). Fue levantado de los muertos por el poder sobrenatural de Dios (Mateo28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 6:14, 15:4). Desde su resurrección, ha sido exaltado (honrado), y está sentado a la mano derecha de Dios (Hechos 1:9, 11, 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).

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